ENCUENTRO ECONOMÍA CIRCULAR EL ESPAÑOL: Innovación para el desarrollo

Desde el origen de la revolución industrial el modelo de crecimiento se ha basado en una economía lineal, en la que el proceso consistía en extraer-fabricar-usar y tirar, como si las materias primas y la energía fueran ilimitadas. El cambio climático está generando una lenta revolución en este paradigma, que ya no es sostenible a medio plazo. 

La extracción y el procesamiento de los recursos naturales causan la mitad de las emisiones mundiales y más del 90% de la pérdida de biodiversidad. El cambio a una economía circular es, por tanto, crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y el objetivo del Acuerdo de París sobre el cambio climático de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC por encima de la época preindustrial.

Surge así la “economía circular”, que va mucho más allá del reciclaje de residuos, ya que supone un cambio de modelo de producción y consumo, en el que los productos han de estar diseñados para ser reutilizados. De esta manera, una vez cumplido su ciclo de vida, no se convierten en “basura” sino en un recurso valioso en sí mismo que se empleará con otro fin. 

En España en junio del 2020 se aprobó la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) ―”España Circular 2030″―, que marca objetivos para esta década que permitirán, entre otros, reducir en un 30% el consumo nacional de materiales, mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua y recortar un 15% la generación de residuos respecto a 2010, lo que posibilitará situar las emisiones de gases de efecto invernadero del sector residuos por debajo de los 10 millones de toneladas en 2030.

En el ámbito europeo, como parte del Pacto Verde Europeo, la Comisión presentó el 11 de marzo de 2020 un Nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, que prevé el desarrollo progresivo medidas para promover el diseño de los productos, la capacitación de los consumidores y los compradores públicos y una mayor circularidad en los procesos de producción. Propone centrarse prioritariamente en las principales cadenas de valor, incluidas la electrónica y las TIC; las baterías y los vehículos; los embalajes; los plásticos; los textiles; la construcción y los edificios; los alimentos, el agua y los nutrientes. También tiene por objeto abordar las exportaciones de residuos de la Unión; promover la economía circular a nivel internacional; y actualizar el marco para el seguimiento de los avances hacia la economía circular.

El sector de los residuos es especialmente susceptible a sufrir una revolución derivada de la transición a la economía circular, puesto que se trata, no ya de reciclar, sino de revalorizar los subproductos y residuos para convertirlos de nuevo en materia prima, revalorizándolos. 

Se trata de una transformación económica y cultural que implica a los ciudadanos, a las empresas y a las administraciones, y exige además una apuesta por la innovación tanto a nivel tecnológico como organizativo.