Hay nuevas formas de invertir en inmobiliario. La sociedad afronta una profunda transformación demográfica, económica y cultural. Estos cambios, a su vez, están impulsando nuevas formas de vivir entre las personas. Viviendas más flexibles, cuyos servicios y entorno se adapten a las necesidades de cada segmento de la población. El estilo de vida de un joven que se muda a una ciudad nueva por motivo de trabajo no es el mismo que una persona recién jubilada o un estudiante universitario. Las viviendas deben adaptarse a sus residentes, no al revés.

Este entorno, por tanto, abre nuevas oportunidades de inversión. Los fondos de inversión especializados en el sector inmobiliario permiten a los inversores posicionarse ante las tendencias de futuro a través de una cartera diversificada, de la mano de profesionales.

No en vano, los españoles conocen bien la inversión en el sector inmobiliario, pero en su sentido más convencional: la compra de una casa. Sin embargo, esta manera de invertir no siempre aprovecha las nuevas oportunidades que surgen en el mercado. Si la intención del inversor es adelantarse a las necesidades de futuro, es crucial mirar más allá del ladrillo en su forma más convencional.